Cuento Adolescente
Deja que la lluvia bese tus mejillas y abrace tu piel. No dejes que el miedo te impida bailar bajo la luna.
miércoles, 7 de noviembre de 2018
Me olvidé
domingo, 21 de octubre de 2018
Estúpida manía
Qué estúpida manía de quererte en estos tiempos que corren,
querer grabar en mi mente la intimidad de tus miedos y el sabor de tus besos.
Me pregunto si el café de las cinco te sabe a poco, o si
prefieres un té, de te quiero aquí conmigo, porque supongo
que soy esa idiota que prefiere perderlo todo, a perderte a ti.
Que tendré mil razones para odiarte, pero siempre tengo mil y un besos
para amarte.
domingo, 14 de octubre de 2018
En el vaho de tus pupilas
miércoles, 26 de septiembre de 2018
Tengo un miedo que decirte.
En tus manos descubrí,
que hay miedos que necesitan ser abrazados.
Que al igual que yo,
ellos también se sienten solos.
La vida se nos escapa por la punta de los dedos,
y nosotros solo sabemos vivirla con miedo,
miedos que se transforman en palabras prohibidas,
tan prohibidas como te quiero.
Vale, espera un segundo, creo que acabo de confesarte un miedo,
¿eso posible? Parece ser que si.
Ahora te toca a ti. ¿Tienes algún miedo que decirme?
miércoles, 12 de septiembre de 2018
Nunca jamás
miércoles, 5 de septiembre de 2018
ανησυχία
lunes, 6 de agosto de 2018
Entre cuatro putas paredes
jueves, 26 de julio de 2018
Martillo y cincel
mi favorita es besarte.
es que me quieras con solo mirarme.
que no encuentra llave para cerrarse,
y haces en mi, una obra de arte cuando rozas mi piel.
domingo, 22 de julio de 2018
Aún no se qué hacer
Ojalá pudiera mostrarte como me siento, pero cariño, aún hay cristales por el suelo, y puedes cortarte con alguno de ellos.
Estoy echa a fuego lento, y tengo aún en mi piel cicatrices que me hacen arder en este infierno, pero nada me quema más que la ausencia
de tus labios en mi piel.
Pero estoy cansada,
cansada de vivir a medias,
cansada de vivir callada porque mi voz no es escuchada,
de que me quieran a trozos y no saber que es que te quieran completa.
Pensar en mi, siempre fue mi excusa,
porque aprendí que en el amor, para dar hay que recibir, y yo, estaba falta de mi...
Y en medio de este caos, apareces como si nada, haciendo que desee que tus besos caminen por mi espalda.
Pero cariño, aún no se que hacer con estos cristales que arañan tu espalda.